25/11/2015

Más allá de permitirnos publicar comentarios e imágenes, las redes sociales son un medio mucho más complejo cuyos beneficios sólo obtendremos si empleamos su naturaleza a nuestro favor. Por eso, profundizar en su manejo resultará esencial para obtener resultados tangibles.

 

 

Como emprendedores del mundo digital empresarial en el que nos movemos en la actualidad no podemos permitirnos el lujo de tomar las redes sociales como un simple tablón de anuncios en el que publicar imágenes de nuestros productos o servicios con la esperanza de que acaben llegando a nuestros clientes potenciales. 

Entender un medio como las redes sociales del modo que dibuja el párrafo anterior es la muestra más clara de no haber comprendido con precisión el potencial de este canal de cara a posicionar nuestra imagen de marca y llegar realmente a nuestros clientes potenciales. No debemos olvidar lo que las redes sociales son en esencia: un enorme y poblado punto de encuentro para un variado enjambre de personas con muy distintos perfiles que buscan u ofrecen al ritmo frenético de un panal de abejas en medio del campo. 

Nuestra misión principal pasa en este punto por identificar los distintos tipos de abejas, de las más a las menos influyentes, para dirigirnos a ellas con la propuesta adecuada en cada caso.

BUSCAR PUNTOS DE APOYO EN LAS REDES SOCIALES:

Consideramos como influencer a esos usuarios de redes sociales (como el caso de Instagram o Twitter) cuyas cuentas acumulan multitud de seguidores que interactúan con éstos de manera habitual, respondiendo y compartiendo sus publicaciones. Tantos seguidores que pueden llegar a sumar los cientos de miles, en los casos de los influencers más notables.

 

 

Lo que hace influencer a un influencer no responde a un patrón determinado: esa cuenta de Instagram o en Twitter con 150K seguidores puede bien tratarse de una personalidad del mundo televisivo, de un deportista de élite o de un total desconocido a quien dio un día por grabar a sus mascotas saltando de maceta en maceta. En redes sociales, la persona más anónima puede llegar a conectar con el pueblo por la razón más inexplicable y llegar a sumar cientos de miles de followers. Y ese puede ser nuestro mejor prescriptor.

Lo que no debemos perder de vista es que el Marketing de influencia es uno de los medios con un mayor crecimiento y que es capaz de ofrecer un retorno de hasta seis veces la inversión realizada, según un  publicado por la agencia Tomoson.

La mentalidad del empresario digital debe, por tanto, desanclarse de la idea de las Redes Sociales como la sala del almuerzo para empezar a considerarlas como la sala de juntas en la que se toman las decisiones más importantes de la empresa. Debemos tener claramente definido el objetivo y plantear las acciones necesarias para alcanzarlo, en base a lo que este medio puede ofrecernos.

HACER QUE HABLEN DE NOSOTROS:

Entendamos esto desde el principio: uno de los principales objetivos que buscaremos a toda costa en redes sociales como, por ejemplo, Twitter, es que otros usuarios –cuanto más influyentes, mejor- accedan, lean y valoren tanto nuestras publicaciones (tweets) como para decidir compartirlos con sus propios seguidores, como una pieza más de su propuesta de contenidos de valor.

Desafortunadamente, la realidad nos muestra que no siempre el influencer tiene que tomarse la especial molestia de compartir contenidos de terceros (como serían los nuestros) debido a su potencial expansivo generado por la masa de seguidores. Ni siquiera nos bastará con mantener un ritmo de publicaciones de alta calidad en Twitter, la mayoría de las cuales pasarán inadvertidas entre los miles de tweets que circulan por cada segundo que pasa. 

Si queremos hacer resonar nuestra marca con cierta energía tendremos que ir un paso más allá. Y esto pasará por seleccionar aquellos usuarios más influyentes entre nuestro público objetivo para proponerles un acuerdo de colaboración que cumpla dos objetivos: una satisfacción económica para el influencer (los seguidores valen su peso en oro) y un nuevo embajador que hable maravillas de nuestra marca, productos o servicios. Es decir, darles buenos motivos. 

Mientras tanto, no dejaremos de trabajar en la captación activa de seguidores a través de una propuesta de contenidos de calidad, actualizada y constante.

 

 

Una sólida red de embajadores de marca en redes sociales como Twitter o Instagram será el primer paso para empezar a dinamizar nuestra visibilidad en los medios sociales, dar a conocer nuestra marca entre nuestros usuarios potenciales y transmitir la confianza que nuestros usuarios necesitan para hacernos formar parte de su día a día social, por lo que integrarlo dentro de nuestra estrategia social es ya toda una necesidad.

 

Antonio Alcántara

Tutor de CESAE en el Máster en Dirección y Gestión de Empresas Hoteleras (MDGH)